- Los rostros de los habitantes reflejaban la indignación acumulada por la indiferencia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que según denuncian, no ha respondido a sus reportes desde el viernes
Rafel Pascual
Cancún vivió un fin de semana donde el caos se hizo visible en cada esquina. Las lluvias torrenciales transformaron calles y avenidas en ríos improvisados, mientras que la falta de energía eléctrica dejó decenas de colonias sumidas en la oscuridad y la frustración.
En la Región 94 la desesperación de los vecinos alcanzó su punto máximo la noche del sábado. Después de más de 24 horas sin electricidad, decidieron tomar las calles: encendieron fogatas en la tercera entrada y bloquearon la vialidad principal, buscando visibilizar su protesta. Los rostros de los habitantes reflejaban la indignación acumulada por la indiferencia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que según denuncian, no ha respondido a sus reportes desde el viernes.
El calor, los mosquitos transmisores del dengue y la pérdida de alimentos perecederos aumentaron la tensión. Comerciantes y dueños de tiendas de abarrotes calculan ya cuantiosas pérdidas, mientras las familias temen que la oscuridad favorezca la acción de delincuentes en la supermanzana.
“¡Ya basta de vivir en penumbras!” gritaban los vecinos de la Región 247, que cerraron la avenida Los Tules, mientras que en la intersección de la avenida 135 con Nichupté, otro grupo de afectados bloqueaba el paso, dejando un rastro de humo y llantas encendidas. La ciudad parecía un escenario de protesta y abandono, con automóviles varados, calles inundadas y personas caminando entre charcos que llegaban hasta los tobillos.
El gobierno municipal intervino para dialogar con los ciudadanos y buscar soluciones temporales, pero la molestia permanecía. La sensación de vulnerabilidad se mezclaba con la impotencia: calles inundadas, apagones prolongados y el reclamo de una ciudad que exige ser atendida.
Este fin de semana Cancún mostró una cara de urgencia que mezcla la fuerza de la naturaleza con la frustración ciudadana, recordando que las emergencias no solo son climáticas, sino también la respuesta tardía de quienes deben garantizar servicios básicos.