- Este caso revive el debate sobre la corrupción y la falta de supervisión en establecimientos de este tipo, que operan a plena vista en la ciudad y terminan siendo escenario de delitos de alto impacto
Rafael Pascual
Durante la madrugada de este domingo, la Fiscalía General del Estado (FGE) realizó un cateo en el bar Black Moon, ubicado sobre la avenida José López Portillo, en la supermanzana 64 de Cancún, a unos metros de la avenida Tulum. El operativo, que incluyó la participación de agentes ministeriales y unidades especializadas, estuvo relacionado con una investigación por presunta trata de personas.
El establecimiento fue asegurado mientras se realizaban las diligencias en su interior, situación que llamó la atención de vecinos y transeúntes, quienes observaron la fuerte presencia policial en una de las zonas más concurridas de la ciudad.
No obstante, genera cuestionamientos que este tipo de negocios opera durante meses, e incluso años, sin que las autoridades municipales o estatales intervengan, a pesar de los constantes señalamientos sobre actividades ilícitas que rodean a ciertos giros nocturnos. En Cancún, no es la primera vez que bares, centros nocturnos o “table dance” aparecen en investigaciones por delitos graves, lo que ha puesto en evidencia la red de complicidades y omisiones que permite su funcionamiento.
Hasta el momento, la FGE no ha confirmado si hubo detenciones o aseguramiento de víctimas, pero el caso del Black Moon revive el debate sobre la corrupción y la falta de supervisión en establecimientos de este tipo, que operan a plena vista en la ciudad y terminan siendo escenario de delitos de alto impacto.