La venta ilegal de medicamentos en tianguis de Cancún ocurre de manera abierta y sin supervisión de las autoridades sanitarias, pese a tratarse de un delito federal que representa un grave riesgo para la salud pública. Esta práctica fue documentada por Revista Puntual en los tianguis ubicados en las regiones 233 y 103 de la ciudad.
Durante un recorrido realizado este viernes, se constató la comercialización de diversos fármacos en puestos semifijos, sin permisos sanitarios ni condiciones adecuadas de almacenamiento porque además estaban expuestos al sol y tirados en una lona, en abierta violación a la Ley General de Salud, que prohíbe expresamente la venta de medicamentos en tianguis, bazares o módulos móviles.
La operación de estos puntos de venta ocurre bajo la tolerancia —y presunto solapamiento— de la dirigencia de La Unión de Tianguis y Comerciantes Ambulantes del Estado de Quintana Roo A.C., encabezada por Melitón Ortega, sin que existan acciones visibles para frenar esta práctica ilegal dentro de los espacios que administra.
La legislación federal establece que la comercialización irregular de medicamentos puede ser sancionada con penas de prisión de cinco a quince años, además de multas económicas, y que únicamente las farmacias con autorización sanitaria vigente emitida por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) pueden vender fármacos al público.
Especialistas en salud advierten que comprar medicamentos en la vía pública expone a la población a riesgos severos, ya que estos productos pueden ser robados, muchos de ellos con leyendas como “Prohibida su venta” o “Uso exclusivo del Sector Salud”; caducados o alterados por la exposición a altas temperaturas, humedad y luz solar; o vendidos sin receta médica, incluso antibióticos y medicamentos controlados, lo que fomenta la automedicación y puede generar consecuencias graves e irreversibles.
Esta problemática no se limita a los tianguis. La venta de medicamentos a través de redes sociales se ha vuelto alarmantemente común, mediante grupos cerrados donde se ofrecen antibióticos como azitromicina, amoxicilina y cefixima, sin control sanitario ni prescripción médica. En estos espacios, las transacciones se realizan por mensajes privados, con depósitos bancarios y envíos por paquetería, sin garantía de autenticidad de los productos.
La Cofepris y la Secretaría de Salud han advertido que la automedicación y el consumo de medicamentos de origen desconocido pueden provocar resistencia a los antibióticos, reacciones alérgicas severas y complicaciones que dificultan el tratamiento de futuras enfermedades.
Pese a la claridad del marco legal y los riesgos documentados, la venta ilegal de medicamentos continúa operando en distintos puntos de Cancún sin operativos visibles de inspección o sanción. Vecinos y consumidores demandan la intervención inmediata de las autoridades sanitarias y el deslinde de responsabilidades, al considerar que la omisión institucional permite la normalización de una práctica que pone en riesgo la salud pública.
