- Cristóbal Pacheco limpió el terreno, retiró escombros, sembró áreas verdes y construyó con sus propios medios espacios para ejercitarse, convivir y hacer cultura
Rafael Pascual
En la Región 92 de Cancún, detrás del Sindicato de Taxistas, un terreno municipal que por años fue un lote baldío lleno de basura hoy es un espacio limpio, ordenado y vivo: el parque comunitario “Benito Juárez”. La transformación no vino del Ayuntamiento ni de alguna dependencia, sino del trabajo constante de un solo ciudadano: Cristóbal Pacheco.
Sin presupuesto oficial ni apoyo institucional, Pacheco limpió el terreno, retiró escombros, sembró áreas verdes y construyó con sus propios medios espacios para ejercitarse, convivir y hacer cultura. “Si el gobierno no lo quiere limpiar ni ponerlo al servicio de la gente, uno mismo puede hacerlo”, sentencia.
El parque cuenta con zonas para deporte, un escenario para actividades artísticas, mesas, sillas y hasta un asador. El acceso es libre, pero quienes utilizan el equipo deportivo son invitados a dar una aportación simbólica que permite su mantenimiento.
Mientras algunos terrenos públicos son convertidos en basureros o acaparados por negocios que ni siquiera pagan impuestos, el “Benito Juárez” demuestra que un ciudadano decidido puede convertir el abandono en un espacio digno.