- No obstante, la violencia y el narcomenudeo continúan en Quintana Roo
Rafael Pascual
Pese al despliegue operativo y a los datos presentados como avances en materia de seguridad, Quintana Roo sigue enfrentando delitos persistentes como el narcomenudeo, la portación de armas y el comercio irregular, incluso durante los periodos de mayor afluencia turística.
Del 11 al 27 de abril, en el marco del Plan Nacional de Seguridad “Semana Santa 2025”, la Guardia Nacional reportó la detención de apenas 11 personas, en un estado donde el flujo de visitantes y la actividad delictiva se intensifican año con año.
Entre los detenidos figuran siete casos por alteración al orden público, cuatro por consumo de sustancias ilícitas en la vía pública, 24 por venta de comercio irregular y 16 por narcomenudeo, delitos que siguen ocurriendo de manera constante en zonas turísticas y urbanas.
Además se rescataron 7 personas en situaciones no especificadas.
Los aseguramientos incluyeron 3 armas largas, tres cortas, dos cargadores y 131 cartuchos, junto con un vehículo y dos motocicletas con reporte de robo, además de seis motocicletas más sin reporte. También se incautaron 668 mil pesos en efectivo, 3.4 kg de marihuana, 531 dosis de cristal, 34 de cocaína, 266 de piedra y 32 de metanfetamina, lo que da cuenta de que las redes de microtráfico siguen operando activamente, incluso durante operativos de seguridad intensificados.
En el rubro vial se emitieron 42 boletas de infracción, se atendieron 24 hechos de tránsito y se realizaron 18 operativos.
Mientras tanto, los Centros de Atención al Turismo (C.A.T.) se mantuvieron activos en puntos clave como Isla Mujeres, Cancún, Playa del Carmen, Tulum, Cozumel y Chetumal, en un esfuerzo por mantener la imagen de orden ante visitantes nacionales e internacionales.
Aunque la Guardia Nacional promueve una narrativa de proximidad social y prevención del delito, los resultados presentados contrastan con la compleja realidad que vive Quintana Roo: una entidad que sigue siendo punto estratégico para el turismo, pero también para el crimen organizado.
La violencia no cesa, y los datos operativos, aunque relevantes, resultan insuficientes para revertir una percepción de inseguridad que crece con cada temporada alta.