- Este movimiento artístico y social nace como respuesta a la creciente preocupación por la normalización de la violencia en los discursos musicales. En lugar de prohibir o censurar, esta iniciativa propone crear nuevos relatos, donde la paz no sea solo una palabra, sino una realidad posible
Rafael Pascual
En medio de un país golpeado por la violencia, una iniciativa artística está sembrando esperanza, versos y resistencia. Se trata de “Hip Hop por la Paz”, un proyecto nacional que ahora llega a Quintana Roo con un mensaje claro: la música puede sanar, construir y transformar.
La iniciativa, impulsada por Red Viral y el colectivo 5+1, busca convocar a adolescentes, jóvenes y personas privadas de la libertad para que a través del hip hop expresen su realidad, pero también sus anhelos de paz. Se espera la participación de los 11 municipios del estado en este movimiento, así como de personas internas en los centros penitenciarios de Cancún, Playa del Carmen, Cozumel y Chetumal.
“El hip hop es más que un género. Es una forma de vida, una manera de resistir, de narrarse y de encontrar sentido aun en los contextos más difíciles”, compartió Eunice Rendón, directora de Red Viral, durante la presentación del proyecto en Cancún.
Versos que construyen paz
La propuesta central del proyecto es el concurso Hip Hop x la Paz, que invita a jóvenes de todo el país a crear y enviar una canción original en video antes del 21 de septiembre. El objetivo no es solo artístico: es social. Se trata de abrir un espacio donde el talento juvenil pueda florecer con mensajes que rompan el ciclo de la violencia.
Además, el proyecto incluye la organización de marchas por la paz y la elaboración de murales de graffiti con mensajes de esperanza y memoria colectiva, actividades que se realizarán en distintas partes del país ese mismo mes.
Crear desde el encierro, resistir desde el arte
Una de las dimensiones más poderosas del proyecto es la que se vive al interior de los centros penitenciarios. Ahí, donde el encierro limita el cuerpo, pero no la voz, se realizan tocadas de rap, batallas de freestyle y talleres de creación artística. Para muchas de estas personas, el hip hop se convierte en una forma de redención, de catarsis y de reconstrucción personal.
“En estos espacios el arte se convierte en refugio, en herramienta de dignidad. No es solo música; es una forma de volver a mirar la vida con otros ojos”, señalaron los organizadores.
Un país que canta distinto
Ya activo en 20 estados de la República, “Hip Hop por la Paz” trabaja con equipos formados por jóvenes intérpretes, beatmakers, productores audiovisuales y artistas del graffiti, promoviendo la equidad de género y la colaboración entre disciplinas.
Este movimiento artístico y social nace como respuesta a la creciente preocupación por la normalización de la violencia en los discursos musicales. En lugar de prohibir o censurar, esta iniciativa propone crear nuevos relatos, donde la paz no sea solo una palabra, sino un ritmo, una rima, una realidad posible.