- Hoy el crecimiento anárquico amenaza tanto a la biodiversidad como la calidad de vida de miles de familias
Rafael Pascual
En Cancún, más de 80 mil personas habitan en 170 colonias irregulares ubicadas en el triángulo formado por la avenida López Portillo, la autopista a Mérida y el libramiento de la ciudad. Se trata de la zona más contaminada del municipio de Benito Juárez, de acuerdo con el Plan de Desarrollo Urbano, ahí operan basureros clandestinos que se queman a cielo abierto, incineradoras de residuos humanos y animales, y sascaberas que funcionan sin permisos.
En medio de este panorama, la organización civil Equilibrium Wayak A.C. impulsa el proyecto Parque Madre Selva, una reserva ecológica que busca contrarrestar el deterioro social y ambiental de la zona.
Actualmente ocupa dos hectáreas frente al Aeropuerto de Cancún, pero la meta es crecer hasta 50, para ofrecer un pulmón urbano que combine conservación de ecosistemas, ecoturismo comunitario y actividades recreativas para familias.
El plan contempla senderos para ciclismo y kayak, áreas deportivas, talleres culturales, producción local de alimentos y programas de educación ambiental, generando además empleo para mujeres y jóvenes de las colonias vecinas.
En recorridos de tres horas dentro de la zona ya se han registrado más de 80 especies animales, entre ellas ocelotes y jaguares, además de cenotes abiertos y cavernosos. Sin embargo, muchos de estos ecosistemas se encuentran rodeados de escombro, basura y desmonte derivado de la extracción ilegal de sascab.
La organización ha presentado denuncias ante autoridades por seis fuentes de contaminación: tres basureros clandestinos y tres sascaberas sin permisos. Aunque algunas han sido clausuradas, la mayoría sigue en operación. Los principales desafíos, advierten, son la explotación desmedida del suelo, la especulación inmobiliaria y la falta de certeza legal en los asentamientos.
Parque Madre Selva pretende ser un modelo de regeneración social y ambiental en Cancún, donde hoy el crecimiento urbano desordenado amenaza tanto la biodiversidad como la calidad de vida de miles de familias.
