- Blanca Merari Tziu Muñoz destaca que estas festividades fortalecen la convivencia y hacen sentir en casa a los visitantes norteamericanos

La avenida Javier Rojo Gómez, en el Casco Antiguo, se llenó esta tarde de color, creatividad y diversión con el tradicional Festival de Halloween 2025, donde desfilaron vampiros y vampiresas, monjes y monjas, payasos diabólicos, calaveras, brujas, zombis y emblemáticos personajes del cine de terror.

El evento, organizado por la Secretaría de Desarrollo Económico y Mejora Regulatoria, en coordinación con el Instituto Municipal de la Juventud y la Secretaría de Turismo Sustentable, tuvo como objetivo fomentar la participación social, fortalecer la sana convivencia e impulsar la creatividad entre la comunidad.
La presidenta municipal Blanca Merari Tziu Muñoz destacó que este tipo de celebraciones permiten que los visitantes norteamericanos se sientan en casa, al tiempo que conocen nuestras tradiciones. “Durante estas fechas pueden apreciar cómo los mexicanos recordamos y honramos a nuestros difuntos, pero también participar en festividades que les resultan familiares, lo que fortalece el intercambio cultural”, señaló.

Asimismo, subrayó que quienes visitan el destino tienen la oportunidad de conocer las particularidades del Janal Pixán, una celebración ancestral heredada de los mayas, que forma parte esencial de la identidad cultural de Quintana Roo y se distingue por la elaboración de alimentos tradicionales que se colocan en los altares como ofrenda.
El Festival inició con un desfile de niñas, niños, jóvenes y adultos disfrazados, que partió desde las instalaciones del DIF Municipal sobre la avenida Javier Rojo Gómez. Durante el recorrido hacia el Parque Fundadores, los pequeños recibieron dulces y golosinas en los restaurantes ubicados a lo largo del trayecto.

Una vez en el parque, la alcaldesa entregó personalmente los “dulces del terror” en uno de los stands instalados en el sitio. Posteriormente se llevó a cabo un concurso de disfraces, en el que participaron 26 menores. El festival concluyó con un divertido show de botargas, que hizo reír y bailar a los más pequeños.

En el área externa del parque se instalaron, como cada fin de semana, jóvenes emprendedores y artesanos que exhibieron y vendieron sus productos.





