- El caso encendió las alertas en Cancún, una ciudad donde el turismo y la industria restaurantera dependen en gran medida del uso de gas y electricidad
Rafael Pascual
La reciente explosión de una pipa de gas en Ciudad de México, que dejó seis personas muertas y más de 90 heridas, reavivó la preocupación nacional sobre los riesgos en el manejo de combustibles y sustancias peligrosas. El caso encendió las alertas en Cancún, una ciudad donde el turismo y la industria restaurantera dependen en gran medida del uso de gas y electricidad.
Ante este panorama, la Dirección de Protección Civil de Benito Juárez reforzó el llamado a la prevención. Su titular, Antonio Riveroll Ribbon, recordó que cada año los negocios deben actualizar sus dictámenes de gas y electricidad como requisito de seguridad. Aunque un tanque puede durar hasta 15 años, subrayó que en la zona es indispensable darles mantenimiento anual debido a los altos niveles de corrosión y salinidad.
El funcionario explicó que en caso de accidentes con pipas o fugas químicas, se aplican los protocolos de la guía naranja, que establecen distancias de seguridad y procedimientos de evacuación. En esos escenarios la recomendación principal es no acercarse a la zona afectada y reportar de inmediato al 911.
Riveroll Ribbon recordó que Cancún ya ha enfrentado incidentes similares, como fugas de amoníaco en plantas de hielo y volcaduras de pipas en la carretera hacia Mérida, lo que demuestra la necesidad de estar preparados.
Finalmente, insistió en que la prevención es la mejor herramienta para evitar tragedias y llamó tanto a empresas como a la ciudadanía a cumplir las medidas de seguridad y colaborar en caso de emergencia.