El prolongado cierre del gobierno estadounidense comenzó a golpear de lleno al transporte aéreo. Este viernes, más de 5 mil vuelos en todo el país fueron cancelados o sufrieron demoras, luego de que las aerolíneas recibieran la instrucción de reducir sus operaciones por orden de la Administración Federal de Aviación (FAA).
La medida afecta principalmente a vuelos domésticos que despegan de unos 40 aeropuertos de alto tráfico, como los de Nueva York, Los Ángeles y Chicago. Según explicó el secretario de Transporte, Sean Duffy, la reducción se aplicará de manera gradual: comenzó con un recorte del 4% en las operaciones, pero podría alcanzar entre 15% y 20% si la crisis presupuestaria no se resuelve pronto.
El cierre del gobierno, que inició el 1 de octubre tras la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas para aprobar el presupuesto propuesto por el presidente Donald Trump, ha dejado a numerosas agencias federales sin fondos. Esto ha provocado despidos, suspensiones y la paralización de oficinas públicas que ya no pueden pagar a su personal.
En el caso del sistema aéreo, el impacto ha sido especialmente grave. Los controladores aéreos, obligados por ley a seguir trabajando pese a no recibir salario, enfrentan una presión creciente. Muchos han empezado a reportarse enfermos o a buscar empleos temporales para cubrir sus gastos, agravando la escasez de personal en un sector que ya sufría déficit crónico.
Mientras el estancamiento político en Washington continúa, los viajeros enfrentan largas filas, cancelaciones y demoras que podrían extenderse durante los próximos días. Las autoridades advirtieron que si el cierre gubernamental no concluye pronto, las afectaciones en los aeropuertos podrían empeorar significativamente.
El Independiente / Redacción Foto: cuartoscuro.com





