Rafael Pascual
El prelado capitalino releva a Mons. Pedro Pablo Elizondo tras más de dos décadas de liderazgo y en medio de un contexto social y político complejo en Quintana Roo.
En un giro relevante para la Iglesia católica en el sureste mexicano, la Santa Sede anunció el nombramiento de Mons. Salvador González Morales como nuevo Obispo de la Diócesis de Cancún-Chetumal, marcando el fin de una etapa de más de dos décadas bajo el liderazgo de Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas. El relevo episcopal, confirmado en Roma a través del boletín oficial del Vaticano, coloca al ex Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México al frente de una diócesis estratégica por su crecimiento demográfico, su peso turístico y su compleja realidad social.

González Morales, originario de la Ciudad de México y nacido el 20 de diciembre de 1971, llega como el segundo obispo en la historia de esta diócesis, erigida tras su etapa inicial como prelatura. Desde 2019 se desempeñaba como Obispo Auxiliar en la capital del país, donde ejerció como Vicario General y Moderador de la Curia, además de acompañar a zonas pastorales clave y al Cabildo Metropolitano de la Catedral. Su lema episcopal, “Según tu palabra”, marca una trayectoria caracterizada por formación académica sólida, trabajo pastoral cercano y presencia constante en espacios de coordinación eclesial.
La designación fue emitida tras la aceptación de la renuncia de Elizondo Cárdenas, de 76 años, quien deja la diócesis como Obispo Emérito. Durante sus más de 20 años de servicio, el prelado legionario impulsó la expansión parroquial en un territorio superado por el acelerado crecimiento urbano y, en años recientes, adquirió notoriedad por sus homilías críticas hacia los gobiernos locales morenistas, lo que generó tensiones con autoridades civiles.
En un mensaje pastoral, la Arquidiócesis de México expresó su gratitud por el servicio de González Morales y encomendó su nueva misión a la intercesión de Santa María de Guadalupe. Por su parte, el propio obispo, conocido afectuosamente como “Chavita”, recordó en redes sociales los orígenes de su vocación, surgida tras abandonar estudios de ingeniería y entrar al Seminario Conciliar de México.
La fecha de su toma de posesión episcopal será anunciada próximamente. Su llegada ocurre en un contexto donde la diócesis enfrenta desafíos de violencia, desigualdad y movilidad migratoria, y en un estado donde la relación Iglesia-Gobierno ha sido especialmente sensible durante los últimos años.



