Toman chinos el Tren Maya

por Redaccion
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Luces del Siglo Edgar Félix/Dalila Escobar

La adquisición que recientemente concretó China Communications Construction Company (CCCC) del 30 por ciento del capital de su competidora Mota Engil en el Tren Maya supone el control de los chinos en el megaproyecto ferroviario del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Así lo advierte el medio especializado en negocios Capital Madrid, que en un artículo explica cómo China pone en jaque a las constructoras españolas en Portugal, y la manera en que los consorcios chinos paulatinamente invaden el mercado latinoamericano.

CCCC ha sido considerada por revistas especializadas del país asiático como la nueva Odebrecht de América Latina por la gran cantidad de proyectos que realiza, y porque ya ha estado involucrada en varios escándalos de corrupción.

La compañía ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en este tipo de construcciones y fue incluida en la lista negra del Banco Mundial por licitaciones fraudulentas en Filipinas. Y ahora se perfila para controlar gran parte de la construcción del Tren Maya, una vez que adquirió acciones de su competidora lusa Mota Engil.

Con ingresos cercanos a los 90 mil millones de dólares, CCCC participa en más de 50 proyectos en al menos 19 países de América Latina y el Caribe, según una encuesta de Diálogo Chino a los sitios de Internet de la empresa y sus más de 30 filiales.

La razón de la expansión es simple, dice Charles Tang, presidente de la Cámara de Comercio e Industria Brasil-China: “Hace unos años, durante la peor fase de la crisis económica en Brasil, fueron los chinos quienes tuvieron fe para invertir en Brasil”. Esta fe (no solo en Brasil, sino en toda la región latinoamericana) se ha traducido en ingresos extraordinarios.

En la actualidad, CCCC ejecuta algunos de los principales proyectos de infraestructura emblemáticos de la región: el sistema de metro de Bogotá, el Tren Maya en México, el Puerto de São Luis en Brasil, la ampliación del aeropuerto internacional de Guyana Francesa, la Carretera Norte-Sur de Jamaica y un puente sobre el Canal de Panamá, entre decenas de otros destacados proyectos.

El consorcio asiático concretó la semana pasada con la constructora y concesionaria lusa Mota Engil —considerada una empresa favorecida en el sexenio de Enrique Peña Nieto— que a cambio de apenas 175 millones de euros y la emisión de 100 millones de nuevas acciones, cederá 30 por ciento de su capital (y seguramente mucho más poder de decisión), advierte el analista financiero José Alves, de Capital Madrid.

Según Hsia Hua Sheng, especialista en finanzas corporativas internacionales de la Fundación Getúlio Vargas de Brasil, la poderosa CCCC tiene acceso a grandes volúmenes de capital y varios proyectos latinoamericanos están respaldados por bancos chinos.

Por ejemplo, el puerto de São Luis recibió 7 mil millones de dólares de financiamiento del Banco Industrial y Comercial de China. Muchos otros son parte de la Iniciativa Belt and Road. “Las pequeñas y medianas empresas de construcción de los países donde se realizan estas obras tienen más dificultades”, explica Sheng, y les “falta capital”.

La empresa que se perfila como la gran constructora del Tren Maya, en América Latina ha estado involucrada en escándalos importantes y controvertidos. En São Luis, donde la CCCC construye un enorme puerto, los fiscales locales investigan si la empresa aprovechó un plan de apropiación de tierras administrado en la región.

Las autoridades de Panamá también encontraron irregularidades en el contrato del puente. La construcción de una universidad en Ecuador también fue objeto de escrutinio. Y mientras, en el Tren Maya ya “absorbió” a su principal competidora Mota Engil.

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