La administración estatal enfrenta pasivos por 7 mil 156 millones de pesos, de los cuales, 4 mil 880 millones de pesos se deben a proveedores y contratistas; además, el gobierno anterior dejó de pagar 169 millones de pesos por concepto de retenciones y contribuciones, más la deuda con bancos, que rebasa los 20 mil millones de pesos.
Ante este panorama, el secretario de Finanzas y Planeación (Sefiplan), Eugenio Segura Vázquez se mostró cauto ante las perspectivas de crecimiento estatal para este quinquenio, sobre todo por los compromisos financieros heredados de la pasada administración.
La calificación para Quintana Roo pasó de Triple B a Triple -B, por lo que es necesario fortalecer las estrategias económicas para mejorar dichas calificaciones, ya que son la carta de promoción para atraer inversiones al estado.
En su comparecencia ante la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta de la XVII Legislatura, que preside el diputado Renán Sánchez Tajonar, el titular de Sefiplan recibió el apoyo anticipado de los legisladores para impulsar leyes que soporten los ajustes financieros que propondrá la titular del ejecutivo estatal.
Segura Vázquez dio a conocer que el gasto total presentó un crecimiento que no fue acorde con los ingresos, ya que pasó de 29 mil millones de pesos en 2017 a 34 mil 430 millones de pesos en 2022, lo que representó un promedio anual de 3 por ciento.
Entre 2017 y 2019 el gasto creció en un 17 por ciento; se contuvo el gasto en un 5 por ciento en el 2020 derivado de la crisis económica y los esfuerzos de austeridad y volvió a crecer en un 5 por ciento entre 2020 y 2022.
Para el 2022 el gasto no etiquetado será de 23 mil 350 millones de pesos.
Informó que el mayor gasto registrado entre 2017 y 2022 corresponde a organismos autónomos, que aumentó en un 60 por ciento, que equivale a mil 599 millones de pesos adicionales; el 30 por ciento de gasto corriente de organismos públicos descentralizados y se duplicó el gasto en nómina en sector salud y seguridad en alrededor de 950 millones de pesos.
