- A pesar de los esfuerzos comunitarios, incluidos decenas de jornadas de limpieza, la basura, el escombro y los desechos orgánicos e inorgánicos siguen acumulándose
Rafael Pascual
El Comité de Vigilancia y Educación Ambiental Río Chacmuchuch lleva años alertando sobre la contaminación y las agresiones al ecosistema de la laguna Chacmuchuch, pero sus llamados han sido en gran medida ignorados. A pesar de los esfuerzos comunitarios, incluidos decenas de jornadas de limpieza, la basura, el escombro y los desechos orgánicos e inorgánicos siguen acumulándose día tras día.
Los miembros del comité han enfrentado amenazas directas y han sido rechazados sus proyectos de control ambiental, como la instalación de una caseta de vigilancia para regular el acceso al camino de la reserva. Este rechazo ha dejado el área vulnerable a quienes continúan arrojando residuos de manera indiscriminada; recientemente se reportó el abandono de aproximadamente tres toneladas de excremento de cerdo en la zona.
Ante la reiteración de estas denuncias, la Secretaría de Medio Ambiente (Sema), en coordinación con el municipio de Benito Juárez, la Dirección de Ecología, Siresol y la Policía Municipal, llevó a cabo un operativo de supervisión en la laguna y sus alrededores el pasado sábado por la tarde. Durante estas acciones se identificaron tiraderos clandestinos, quemas de basura, construcciones irregulares e invasiones, así como diversas fuentes de contaminación que afectan al ecosistema.
Durante el operativo, se detuvo a una persona que transportaba un camión lleno de escombro, fue asegurado y puesto a disposición de las autoridades, y se clausuraron varios puntos donde se realizaban actividades ilegales. Las autoridades aseguraron que habrá seguimiento puntual para garantizar la restauración y el control ambiental de la laguna, aunque los activistas insisten en que los operativos son paliativos y que la verdadera solución requeriría medidas permanentes, como la urgente instalación de la caseta de vigilancia.
El conflicto en Chacmuchuch refleja la dificultad de proteger ecosistemas frente a la contaminación recurrente y la falta de respaldo institucional a largo plazo, mientras la comunidad sigue luchando por preservar su entorno natural.
