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martes 30 diciembre 2025

Entre la Fe y la Tradición, Cancún despide el año entre rituales y augurios

Rafael Pascual

Mientras el reloj avanza hacia el cierre del año, en Cancún se repite una escena que combina creencias, esperanza y costumbre: familias enteras recurren a rituales de fin de año para atraer salud, trabajo, amor y prosperidad, aun en un contexto económico más ajustado. Lejos de desaparecer, estas prácticas mantienen su vigencia y, en algunos casos, muestran un crecimiento, como ocurre con la lectura de cartas y consultas esotéricas.

En el Mercado 23, uno de los principales puntos de abasto popular de la ciudad, los artículos más demandados incluyen ropa interior de colores, borreguitos con semillas y monedas, veladoras de la Divina Providencia, maletas para pedir viajes y los tradicionales números del nuevo año. Comerciantes reportaron que los precios de estos productos oscilaron entre los 30 y los 250 pesos, dependiendo del artículo y su elaboración.

No obstante, vendedores como Dagoberto Pulido reconocieron que las ventas se mantuvieron por debajo de lo registrado en años anteriores, atribuido a una mayor cautela en el gasto familiar. Aun así, persiste la expectativa de un repunte en las últimas horas previas a la medianoche.

Del lado de los hogares, las tradiciones continúan firmes. Norma Angélica Gómez compartió que en su familia se mantiene el ritual de lanzar lentejas al finalizar las uvas, como símbolo de abundancia y estabilidad, mismas que se resguardan durante el año en un pequeño morral rojo como amuleto de prosperidad.

Las celebraciones, sin embargo, reflejaron ajustes presupuestales. Para la cena de fin de año, una reunión de aproximadamente 20 personas optó por platillos tradicionales mexicanos, con un gasto estimado de entre 2,000 y 3,000 pesos, incluyendo piñata y dulces, priorizando la convivencia sobre el lujo.

Paralelamente, otro ritual que conserva fuerza es la quema del “Año Viejo”. En el centro de Cancún, esta práctica se mantiene vigente, aunque con modificaciones. En el Mercado 23, los muñecos elaborados se ofrecieron desde los 200 pesos en versiones sencillas, y superaron los 400 pesos en modelos más detallados. Por medidas de seguridad, los comerciantes los vendieron sin explosivos, dejando a decisión de cada familia la forma de la quema.

Algunas personas optaron por versiones más económicas y tradicionales, elaborando sus propios muñecos con ropa usada, periódico y materiales reciclados, destacando que el valor simbólico del ritual supera cualquier despliegue visual.

A este panorama se suma el aumento en la demanda de lecturas de cartas, tarot y consultas espirituales, impulsadas por personas que buscan orientación o certezas frente al nuevo ciclo. Especialistas y comerciantes coincidieron en que, para muchos, estas prácticas representan una forma de afrontar la incertidumbre y renovar la esperanza.

Así, entre rituales, creencias y tradiciones, Cancún despide el año reafirmando un arraigo cultural que combina fe, simbolismo y la necesidad humana de comenzar de nuevo con optimismo.

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