- En una carta señalan: “Solicitamos una visita apostólica, investigación pastoral o exhortación fraterna para revisar este caso que escandaliza a creyentes y no creyentes por igual… Confiamos en que la Santa Sede, siempre atenta a la justicia y al cuidado del medio ambiente, atenderá esta petición”
Rafael Pascual
Ante la omisión de autoridades civiles y la negativa del obispo Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L.C., para dialogar con la comunidad y frenar las obras cuestionadas, junto a la Reserva Ecológica Ombligo Verde, un grupo de ciudadanos de Cancún ha decidido escalar su denuncia hasta el Vaticano.
Una carta dirigida al Papa León XIV y a la Comisión Antiabusos de la Iglesia Católica fue enviada y ya recibida en la Santa Sede. En ella, vecinos de los alrededores del Ombligo Verde y la activista ambiental Katerine Ender Córdova, representante del colectivo “Salvemos el Ombligo Verde”, solicitaron una intervención directa ante lo que califican como irregularidades graves y posible abuso de autoridad por parte de la Prelatura Cancún-Chetumal, encabezada por Elizondo Cárdenas.
“Su Eminencia: Con profundo respeto y confianza en la misión pastoral del Santo Padre y de los órganos de supervisión eclesial del Vaticano, me permito dirigirle la presente para informar sobre actos preocupantes y contrarios al bien común, atribuibles a la Prelatura Cancún-Chetumal…”, inicia la misiva que, en tono firme, advierte cómo el nombre de la Iglesia ha sido usado para justificar acciones que dañan el entorno ambiental, el marco legal civil y los derechos de la comunidad.
Los firmantes denunciaron puntualmente:
La construcción de una catedral sobre un terreno colindante —y posiblemente invasivo— con la Reserva Ecológica Ombligo Verde, un área natural protegida de alto valor ambiental en plena zona urbana de Cancún.
El desarrollo de dicha obra sin contar con permisos ambientales federales, sin manifestación de impacto ambiental, ni licencias de construcción válidas durante años, lo cual ha derivado en la afectación de uno de los últimos pulmones verdes de la ciudad.
La falta total de apertura al diálogo con la ciudadanía y defensores ambientales, así como el uso de argumentos religiosos para evadir la ley civil mexicana y desestimar las múltiples denuncias comunitarias.
En la carta, los vecinos expresan su preocupación por la falta de humildad, legalidad y ética pastoral con la que se ha actuado en este caso, y solicitan a la Santa Sede que, en uso de sus facultades de supervisión, determine si las decisiones de la Diócesis han sido coherentes con el evangelio, con la doctrina social de la Iglesia y con el llamado del propio Papa al respeto por la “casa común”.
“Solicitamos, si es posible, una visita apostólica, investigación pastoral o exhortación fraterna para revisar este caso que escandaliza a creyentes y no creyentes por igual… Confiamos en que la Santa Sede, siempre atenta a la justicia y al cuidado del medio ambiente, atenderá esta petición”, concluye el documento.
La denuncia no solo representa un reclamo directo al Vaticano, sino también un jalón de orejas al obispo Pedro Pablo Elizondo, quien ha evadido su responsabilidad de rendir cuentas ante la comunidad católica y la ciudadanía, y ha mantenido una postura cerrada frente a los cuestionamientos.
Para los denunciantes, esta carta es el último recurso ante la complicidad institucional y el silencio cómplice local, una forma de exigir que la Iglesia no se convierta en instrumento de impunidad, sino en ejemplo de coherencia y justicia.