- El brote fue atribuido a la irresponsabilidad de quien fungía como directora, Yamili Góngora, destituida por no informar oportunamente sobre la situación
Rafael Pascual
Decenas de perros del Centro de Bienestar Animal municipal de Cancún luchan por sobrevivir a un brote de moquillo que se propagó rápidamente en los últimos días, lo que obligó al cierre temporal de las instalaciones para realizar una limpieza y desinfección a fondo.
El brote fue atribuido a la irresponsabilidad de quien fungía como directora, Yamili Góngora, destituida por no informar oportunamente sobre la situación. En las próximas horas, las autoridades designarán a la nueva titular, quien podría ser Yuli Lázaro, fundadora del albergue Cachorrilandia. En días recientes Lázaro ha mostrado una participación más activa en redes sociales, informando sobre los trabajos de limpieza y mantenimiento que se realizan dentro del Centro de Bienestar Animal.
Desde el miércoles se cerraron las instalaciones, aunque la medida se oficializó hasta este jueves, cuando se colocó un letrero informando que el lugar permanecerá cerrado por unos días, sin dar mayores detalles.
Activistas y colectivos animalistas han externado su profunda preocupación por la vulnerabilidad de los perros y la ausencia de protocolos sanitarios adecuados. Entre ellos, Sara Rincón Gallardo, presidenta de la asociación Luum Baliceo, afirmó:
“Es indignante lo que pasa. Este centro de bienestar animal no es un negocio. Hemos exigido protocolos, pero ponen a gente inexperta con la única intención de hacer negocio. No pueden dejar el Centro de Bienestar Animal en manos de cualquiera. Si hubo moquillo deben cerrarlo, ponerlo en cuarentena y desinfectar todos los espacios. No solo es lavar y volver a meter perros”.
Vecinos relatan la impotencia de ver animales enfermos sin recibir ayuda, mientras quienes trabajan en el refugio luchan cada día por mantenerlos con vida. El posible nombramiento de Yuli Lázaro ha generado opiniones encontradas en redes sociales, aunque muchos esperan que su gestión permita restablecer la atención y el cuidado de los animales.
Mientras tanto, los perros continúan esperando —y con ellos, los corazones de quienes se niegan a darles la espalda— a que recuperen la protección que merecen.
