Control de la DEA para frenar extraterritorialidad invasora

por Redaccion
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Columna: Seguridad y Defensa          Carlos Ramírez      www.24–horas.mx

Las reformas a la Ley de Seguridad Nacional para someter a control nacional a las agencias de inteligencia y seguridad nacional de EU que operan en México es un acto de soberanía que eludieron, sobre todo, los presidentes Salinas de Gortari, Calderón Hinojosa y Peña Nieto.

Esas reformas tocan el corazón de lo que pudiera llamarse el imperialismo de seguridad nacional que, para decepción de muchos, fue definido e impulsado sin rubor autoritario e invasor por el presidente Barack Obama. Aquí hemos hecho referencia a la Estrategia de Combate al Crimen Organizado Transnacional de 2011 que es la esencia de la extraterritorialidad policiaca y judicial de la Casa Blanca para violar soberanías e invadir países como si fueran califatos árabes o repúblicas bananeras.

Asimismo, la iniciativa de reformas ya aprobadas en el Senado aclara que el campo de batalla de las relaciones de seguridad de México con EU estará en la confrontación concreta entre el funcionamiento de la DEA en México sin reglas y violentando las leyes y el modelo de construcción de la paz del presidente López Obrador.

Con la extraterritorialidad de su Estrategia, la Casa Blanca busca obligar a México a regresar al modelo de guerra contra los cárteles del narco de los gobiernos de Calderón y Peña Nieto. Las bajas en las listas de homicidios dolosos no forman parte de la guerra del Estado contra los cárteles, sino de la disputa entre bandas por el control de territorios.

El modelo estadounidense –como Estado, no en función de Trump o Biden– busca anular la lucha nacional contra el crimen organizado y aplicar en México una especie de Plan Colombia controlado por las leyes, los militares y los policías de EU. Y representa un regreso al Plan Mérida que le cedió soberanía mexicana a la Casa Blanca.

Y, por cierto, las reformas mexicanas fueron una respuesta del mismo tamaño del impacto del arresto del general Cienfuegos en Los Ángeles.

ZONA ZERO

Para los que creían que Biden representaba el civilismo imperial, la designación de un general –Lloyd Austin– como secretario de Defensa representó el regreso del militarismo a la Casa Blanca. EU había avanzado mucho en separar lo militar de la dirección civil militar. Y ahora Biden reinstala a los militares en el gabinete presidencial. Eso se llama militarización.

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