El lujoso yate de 700 mil US$ de Genaro García Luna, y cómo escogió personalmente la casa de 3.3 millones de dólares en Golden Beach

por Redaccion
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DW Actualidad     Contracorriente     Anabel Hernández

El amigo y hombre más cercano al expresidente Felipe Calderón habría acumulado en seis años propiedades por casi 10 millones de dólares en EE. UU. Un escabroso ejemplo de la descarnada corrupción en México.

El magnífico yate blanco y negro comprado por el exsecretario de Seguridad Pública Federal de México, Genaro García Luna, anclado en el muelle privado de su residencia en Golden Beach, costó 700 mil dólares. Esa es la información documentada que tiene la Fiscalía de Nueva York hasta ahora inédita. Si eso se suma a los 3.3 millones de dólares que costó la mansión, también propiedad del exjefe policíaco, y los 5 lujosos departamentos que él y su esposa compraron en 2018 por 5.1 millones de dólares, estamos hablando de que, al menos de manera visible y comprobada por la Fiscalía, el amigo y hombre más cercano al expresidente Felipe Calderón habría acumulado en seis años propiedades por casi 10 millones de dólares en Estados Unidos.

Más lo que se acumule a eso. Porque me temo que, por mucho tiempo más, el caso del jefe policíaco mexicano acusado de tráfico de drogas y de haber trabajado durante 19 años para el Cartel de Sinaloa, seguirá siendo un escabroso ejemplo de la descarnada corrupción en México.

Hace dos semanas, en esta columna hablé de la casa de Golden Beach, la cual la Fiscalía de NY ya comprobó que fue comprada a través de prestanombres. También hablé de la existencia del yate. Ahora, gracias a documentos que tengo del expediente criminal, se puede conocer el exorbitante monto pagado a través de la misma empresa que compró la residencia.

De acuerdo a los documentos que pude consultar, el fiscal Michael Robotti -quien encabeza la acusación del gobierno de Estados Unidos contra García Luna por tráfico de drogas y recibir sobornos del Cartel de Sinaloa-  está cansado de que García Luna y su esposa Linda Cristina Pereyra mientan ante la Fiscalía y ante la Corte de Distrito Este de Nueva York. Así lo dejó claro en una de las ultimas audiencias del caso, llevada a cabo a fines de Febrero, antes de lockdown a causa del coronavirus. Tengo copia de la transcripción de la ríspida audiencia.

Siempre pensé que García Luna era un funcionario corrupto muy a la mexicana. Es decir, con una buena dosis de cinismo y soberbia. Mitómano compulsivo. Durante los 14 años que llevo investigándolo, desde 2006, tuve varias pruebas de esto. Inventaba casos criminales, justificaba su corrupción y la de su equipo ensuciando a los demás. Mentía en declaraciones juradas ante la Cámara de Diputados. Mentía en sus declaraciones patrimoniales. Ocultaba sus propiedades a través de maniobras burdas. Ordenó mi muerte porque no toleraba ser cuestionado.

Ahora no soy yo quien contradice sus engaños. También es el riguroso fiscal Robotti. García Luna no ha reconocido aún que la residencia de Golden Beach es suya. La Fiscalía ya comprobó que fue comprada a través de dos empresas fachada creadas en Florida y Panamá. Pero no sólo eso. Ya pudo reconstruir la participación directa de García Luna en la compra de la mansión.

De acuerdo a lo que explicó Robotti en dicha audiencia al Juez en la Corte de Distrito Este de NY cuando García Luna fue arrestado contó un buen puñado de historias falsas.

Primero dijo que había vivido durante cuatro años en la casa de Golden Beach sin pagar renta. Pero su propio abogado lo contradijo, diciendo al Juez que su cliente había pagado al menos cinco mil dólares de renta mensual.

“Así que al gobierno le gustaría escuchar la posición de la defensa sobre que el señor García Luna mintió en su declaración después del arresto…” protestó Robotti con firmeza.

García Luna afirmó a las autoridades americanas en su declaración posarresto que él no participó en la compra de la mansión en Golden Beach. Es más, que ni siquiera supo cuando fue adquirida. Sin embargo, el gobierno estadounidense ya pudo comprobar que García Luna sí supo cuando se compró la casa, y además él mismo fue a escogerla junto con su familia. Cuando aún era secretario de estado de México viajó a Florida y fue a ver la casa con su esposa y sus hijos para decidir la compra, según declararon a la Fiscalía los antiguos propietarios y la persona que ayudó a García Luna a adquirir la propiedad.

“Así que de nuevo tenemos al señor García Luna haciendo declaraciones que directamente contradicen lo declarado por su fiador. Así que de nuevo al Gobierno le gustaría saber cuál es la posición del Sr. García Luna sobre que mintió después de su arresto…” apuntó de nuevo el Fiscal.

La Fiscalía también descubrió ya que, cuando la propiedad fue vendida en 2016 por 3.9 millones de dólares, García Luna recibió el dinero de la venta aunque él y su abogado siguen asegurando ante la Corte que no es suya.

García Luna había pedido salir bajo fianza por un pago de un millón de dólares. A través de sus abogados dijo que había dos personas que servirían como garantes de la fianza. Sólo que la Fiscalía descubrió que eran sus empleados y que no tenían recursos propios para solventar el millón de dólares. Todo lo que tienen lo tienen del trabajo que hacen para García Luna. Al final estos desistieron y dijeron que no querían ser fiadores porque eso implicaba que debían pagar el millón de dólares si su jefe no se presentaba en la Corte. Es decir, si se escapaba. No parecen confiar en que no lo hará.

Linda Cristina Pereyra, la esposa del expolicía, también mintió a la Fiscalía. Dijo que el restaurante Oggi Café (Restaurants & Beverage Operator Los Cedros), la primera empresa creada en Florida en 2011, cuando aún era funcionario en México, ya la habían vendido. Pero la Fiscalía habló con el propio contador del restaurante y con el gerente, y estos lo negaron, dijeron que aún es de su propiedad.

El Juez negó rotundamente su liberación bajo fianza, pero la paciencia de la Fiscalía se está agotando, y todas las mentiras de García Luna jugarán en su contra ante el Juez que podría condenarlo incluso a cadena perpetua. La pandemia del coronavirus puso en stand by el caso, el cual se reactivará con la audiencia programada para el próximo 4 de junio.

Es grotesca la imagen de los servidores públicos mexicanos a través del caso de García Luna. Al menos, espero que se convierta en una lección paradigmática no sólo en México, sino también para los servidores públicos de otros países que estén siguiendo el mismo camino desviado, o que estén tentados a seguirlo.

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