El plan antidrogas de Biden

por Redaccion
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  • No toca a los cárteles dentro de EU ni ataca el consumo

Columna: En la Casa Blanca        Martha Aguilar     Diario El Independiente

La semana pasada el presidente Joseph Biden presentó su Estrategia Nacional de control de drogas 2022 para responder a la crisis de seguridad derivada del contrabando, comercialización y tráfico de drogas. Sin embargo, el documento elude decisiones concretas para combatir a las qué reciente células de los cárteles de mexicanos dentro de Estados Unidos que controlan el tráfico, la distribución y la venta en las calles, además de que no asume compromisos concretos para luchar contra el consumo de drogas sino que se centra en la atención a adicciones.

Para EU, México es la principal fuente de cultivo, producción y envío de heroína y marihuana así como país clave en la producción y traslado de drogas sintéticas y cocaína a Estados Unidos. Las organizaciones criminales transnacionales mexicanas son las responsables de suministrar la cocaína (después de adquirirla en Colombia), metanfetaminas, heroína y fentanilo al mercado de consumo norteamericano, señala el reporte de la Estrategia.

Estas organizaciones criminales mexicanas aumentaron su producción de fentanilo y sus análogos, utilizando precusores importados de China. El Reporte advierte que, a pesar de los retos que presenta la Ley de Seguridad Nacional de México de 2020 en materia de cooperación, se aprovechará la buena relación con las agencias mexicanas. El documento reconoce el valioso trabajo que realiza México en la erradicación de cultivos de amapola, destrucción de laboratorios clandestinos, en la intercepción de heroína y otras drogas “antes de que lleguen a la frontera con Estados Unidos”. Good Job.

Destaca la participación de la “intervencionista” USAID en proyectos de apoyo en el campo para compensar el cambio a cultivos legales, lo cual evitaría la migración, siembra y tráficos de drogas. Se hace notar, el aprovechamiento de la delincuencia de las redes “oscuras” y las criptomonedas para mover su capital sin dejar rastro.

El documento señala que los traficantes de drogas siguen refinando sus métodos y adoptan nuevas formas de envío de drogas hacia EEUU. La mayor parte de las drogas que se consumen en este país son fabricadas por Organizaciones Criminales Transnacionales (TCOs) en el exterior y luego introducidas al país de contrabando. Grandes TCOs, cualquiera que sea su origen, son una amenaza para la salud y seguridad de los ciudadanos “expuestos” a las sustancias ilícitas. Esto incluye drogas sintéticas como el fentanilo y las metanfetaminas, y drogas cultivadas como la heroína y cocaína. El abastecimiento y distribución de drogas ilícitas de alta potencia estimula el consumo en la sociedad norteamericana. Los mercados de droga nacionales a gran escala, en especial los de opioides sintéticos, resultó en el aumento de muertes por sobredosis afectando a las familias estadounidenses.

El tráfico de drogas activa una gran empresa internacional y doméstica que financia varias actividades ilícitas, permite la corrupción, socava el gobierno, y tiene efectos desestabilizadores en naciones amigas a la vez que crea oportunidades para que delincuentes se posicionen en estados frágiles y entre poblaciones vulnerables. La organización Global Financing Integrity estima que, en 2014, la manufactura y tráfico de drogas ilícitas generó entre 426 y 652 millones de dólares en ganancias para las TCOs del mundo, más de un tercio del valor total del crimen organizado transnacional. Los grandes e influyentes TCOs representan una amenaza para nuestra seguridad nacional, y responder de manera efectiva a su producción, tráfico y métodos de distribución ilícitos es una prioridad para esta Administración. Contrarrestar la corrupción y su impacto, incluyendo su rol para facilitar el crimen transnacional es de interés central para la seguridad nacional de los Estados Unidos.

Estados Unidos debe reforzar la colaboración internacional e impulsar el intercambio bilateral para atacar las drogas como una responsabilidad compartida. La naturaleza compleja y la dinámica del comercio internacional de drogas demanda una fuerte cooperación con los socios internacionales que refleje la realidad de una cadena de abastecimiento globalizada de drogas ilícitas y sus precusores químicos. Además de confrontar la fabricación y tráfico de drogas ilícitas de las TCOs, Estados Unidos debe también perseguir a los facilitadores financieros de estas actividades ilícitas para negar a las TCOs sus ingresos mal habidos y destruir su capacidad para transferir capital y financiar sus actividades ilícitas incluyendo la obtención de precursores, tráfico, soborno y corrupción. Es esencial un enfoque global pues los traficantes explotan las limitaciones legales de algunos países para aislar sus operaciones y disminuir el impacto de los esfuerzos de control de alguna nación. Las iniciativas internacionales incluyen el aprovechar la capacidad de las organizaciones y marcos multilaterales que puedan lograr acciones que ningún gobierno puede lograr por sí solo. Esto es cierto en todas las amenazas de drogas, pero en particular para el desafío planteado por la cadena de suministro de opioides sintéticos que se extiende por el mundo.

Se establecen cuatro principios en el esfuerzo internacional para disminuir la oferta de sustancias ilícitas y los daños causados por esas sustancias en Estados Unidos y en el extranjero:

-Fortalecer las alianzas extranjeras para abordar la producción y el tráfico de drogas como un tema común y de responsabilidad compartida.

-Obstruir e interrumpir las actividades financieras de las TCOs que fabrican y trafican drogas ilícitas a los Estados Unidos, e incluso combatir la corrupción.

-Aprovechar la influencia de las organizaciones multilaterales y las relaciones bilaterales para abordar los desafíos compartidos relacionados con las drogas sintéticas.

-Proteger a las personas y el medio ambiente en el extranjero de la explotación criminal por parte de los sujetos relacionados con la producción y el tráfico de drogas.

Estos esfuerzos internacionales se complementan con las actividades establecidas en las Estrategias Antinarcóticos en la Frontera Norte, el Caribe y en el Suroeste; y por la Dirección Nacional de Interdicción, el Plan de Comando y Control, que en conjunto acompañan a la Estrategia de Control Nacional de Drogas. Este compendio de documentos proporciona una guía estratégica que vincula esfuerzos internacionales con esfuerzos domésticos para reducir el suministro de sustancias ilícitas dentro de Estados Unidos.

Principio 1.- Fortalecer las relaciones con el exterior para abordar la producción y el tráfico de drogas como una responsabilidad compartida.

El fortalecimiento de las relaciones con el exterior es crucial para reducir la oferta de sustancias ilícitas en las comunidades estadounidenses. Los análisis indican que las organizaciones criminales en México suministran la mayor parte de la cocaína (después de obtenerla en Colombia), metanfetamina, heroína y fentanilo de fabricación ilícita y lo introducen de contrabando a Estados Unidos; también aumentaron su producción de fentanilo y sus análogos, utilizando precursores químicos provenientes de China. Además, más del 90% de la cocaína incautada y analizada en los Estados Unidos es producida en Colombia.

Las TCOs son la mayor amenaza criminal para los Estados Unidos: controlan los lucrativos corredores de contrabando en la región para traer toneladas de drogas a través de nuestras fronteras cada año. Una vez en Estados Unidos, las drogas se entregan a los mercados de consumo utilizando medios de transporte y rutas de distribución que controlan y vigilan esas organizaciones criminales. En consonancia con la Guía Estratégica de Seguridad Nacional de la Administración, nos comprometemos con los países socios clave y para combatir la producción y tráfico de drogas desde sus fuentes globales. Extenderemos nuestro enfoque más allá del fortalecimiento de la capacitación al promover las oportunidades económicas para los más vulnerables dentro de estos países, otorgando la presencia estatal y la seguridad con respeto al estado de derecho y los derechos humanos, combatiendo la delincuencia transnacional, sus redes, atacar la corrupción y reducir la producción de drogas en conjunto con los socios de nuestro país y la ley de los Estados Unidos. Daremos prioridad a los países asiáticos y latinoamericanos con la intención de atacar de manera directa el tráfico y uso de drogas en los Estados Unidos, esta política se basará en la Estrategia Nacional de Control de Drogas manteniendo relaciones con socios afines en Asia, Hemisferio Occidental y Europa junto con el apoyo de las organizaciones multilaterales a fin de abordar la dinámica cambiante y la creciente sofisticación del tráfico mundial de drogas.

a) Desarrollar enfoques integrales de compromiso con países de Asia y América Latina con un efecto directo sobre el narcotráfico en los Estados Unidos.

En los países productores de drogas, hay una correlación entre las áreas que carecen de programas de desarrollo dirigidos a los ciudadanos más vulnerables, y la presencia de TCOs. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) se enfoca en fortalecer las economías legales en áreas rurales, subdesarrolladas y zonas que pasaron por un conflicto a través de proyectos para extender la titulación de tierras, aumentar la competitividad de los bienes lícitos, establecer cadenas de valor agrícolas a través del análisis de mercado y asistencia para el desarrollo. USAID también ofrece asistencia técnica a los productores y organizaciones rurales para mejorar la productividad de cultivos lícitos y aumentar las ventas de pequeños propietarios rurales. Estos esfuerzos han ayudado a las organizaciones locales a ser más efectivas y confiables en la planificación y a proporcionar a los ex cultivadores de coca una fuente de ingreso lícita y viable. El Departamento de Estado dirige los esfuerzos del gobierno norteamericano para reducir la producción de drogas fuera de los Estados Unidos mediante la búsqueda de alianzas para interrumpir el flujo de drogas hacia este país y ayudar a mitigar las consecuencias del tráfico de drogas tales como la violencia, criminalidad, corrupción, explotación humana en nuestros países socios globales.

b) Apoyar los esfuerzos de México para fortalecer sus instituciones y sus iniciativas antidrogas. México es la principal fuente para el cultivo, producción y envío de heroína y marihuana ilícitas, así como país clave en la producción y movimiento de drogas sintéticas y cocaína hacia los Estados Unidos.

Los gobiernos de ambos países han logrado un entendimiento común sobre el impacto negativo de las TOCs en la economía, seguridad y salud pública. Ambos gobiernos admiten que reducir el abastecimiento de drogas ilícitas es una responsabilidad compartida. México trabaja para erradicar con mayor eficacia los campos de amapola, destruir laboratorios clandestinos, e interceptar la heroína y otras drogas ilícitas antes de que lleguen a la frontera con Estados Unidos.

La Oficina de la Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP) utilizará al Grupo de Trabajo sobre Heroína y Fentanilo (HFWG) como medio para coordinar a la embajada de EEUU en México y las agencias norteamericanas en este país. A pesar de los desafíos que presenta la ley de seguridad nacional de México de 2020, las agencias aprovecharán la buena relación con agentes del orden público, analistas, químicos, investigadores, fiscales y personal militar mexicanos para identificar y desmantelar de forma segura los laboratorios clandestinos de drogas y llevar a los responsables ante la justicia. El Departamento de Estado y otras agencias federales han trabajado con el gobierno mexicano para abordar la seguridad marítima portuaria, a fin de disminuir el desvío de productos químicos importados que se usan para fabricar drogas ilícitas, lo que afectará la producción de drogas sintéticas. Para mejorar esta seguridad, hay que profesionalizar las fuerzas de seguridad, reducir la corrupción y criminalidad en puertos clave. Mejorar la seguridad en los puertos también puede disminuir el movimiento de armas y sus ganancias, con lo que se niegan recursos operativos a las TCOs.

El Marco del Acuerdo Bicentenario moderniza la cooperación entre ambos países en materia de seguridad para hacer frente a problemas como las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos. A través del Marco Bicentenario, las agencias de EEUU y México unirán esfuerzos para combatir las drogas sintéticas y la producción de otras drogas ilícitas, entender mejor y reducir la demanda de drogas en ambos países, aumentar la interdicción de drogas, juzgar a los TCOs y sus finanzas ilícitas, y reducir el número de armas de fuego ilegales que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México, entre otros temas.

Principio 2.- Interrumpir las actividades financieras de las TOCs. El objetivo final de estas organizaciones es recuperar las ganancias para financiar sus actividades ilícitas. El comercio de drogas genera enormes ingresos que deben ser lavados para perpetuar su negocio ilícito. Las TCOs se sienten más cómodas en los mercados de la red oscura (o red profunda, darknet) y el uso de activos virtuales para lavar fondos, con el fin de operar sus cadenas de suministro y ejercer su poder corruptor transnacional.

a) Hay que mejorar las herramientas financieras de los socios internacionales para atacar a los grupos de traficantes y negarles las ganancias de la venta de drogas ilícitas. Hay que mejorar las normas contra el lavado de dinero, al hacerlo, será más difícil para las TCOs y las organizaciones de lavado de dinero que las apoyan, lavar las ganancias y convertir esos ingresos ilícitos en capital operativo. Al negarles este capital, se obstruye la compra de precursores químicos lo que impactaría el tráfico de drogas ilícito. De acuerdo a la estrategia de EU, para contrarrestar la corrupción hay que considerar el papel de terceros facilitadores de las ganancias ilícitas, como bufetes de abogados cómplices, abogados, contadores, agentes inmobiliarios, empresas inmobiliarias, aseguradoras de títulos, comerciantes de arte y otras empresas comerciales y personas que facilitan la economía ilícita en los países de origen y transbordo.

b) Combatir las estructuras financieras de las TOCs y atacar sus ganancias ilícitas. El lavado de dinero requiere de diversas metodologías que pueden incluir amnistías fiscales, casinos, apuestas, lavado de transacciones, captura bancaria, compañías ficticias y fideicomisos, negocios intensivos en efectivo, lavado de dinero basado en el comercio, lavado cibernético, inversión en productos básicos, y contrabando de efectivo a granel. Todas estas modalidades de lavado de dinero se llevan a cabo en países con regímenes muy débiles contra esta actividad. El contrabando de dinero en efectivo a granel sigue siendo la principal opción de transferencia financiera ilícita entre las TCOs, aunque debido a la pandemia de Covid-19 aumentó el lavado de dinero basado en el comercio, y se incrementó el uso de la moneda virtual y otros activos digitales para lavar el efectivo. Los TCOs utilizan diversos medios para transferir valores a través de fronteras internacionales como mensajeros tradicionales, vehículos de pasajeros, contenedores de envío, gemas preciosas, minerales y metales enviados por correo urgente, monedas virtuales, entre otros. La ley del Secreto Bancario sigue siendo uno de los principales instrumentos del gobierno para combatir el lavado de dinero.

Principio 3.- Aprovechar la influencia de las organizaciones multilaterales para hacer frente a los desafíos compartidos que presentan las drogas sintéticas.

a) Utilizar los foros internacionales para fortalecer la cooperación sobre el control de drogas y en especial las amenazas relacionadas con la fabricación y tráfico de drogas sintéticas.

b) Aprovechar las relaciones con socios de ideas afines en Asia, Hemisferio Occidental y Europa para abordar la cambiante y creciente sofisticación del comercio mundial de drogas a través de foros internacionales.

c) Alentar a las organizaciones internacionales a desarrollar herramientas y ofrecer capacitación para ayudar a los países a abordar las amenazas relacionadas con la fabricación, tráfico de drogas ilícitas, incluidas las sintéticas emergentes.

Principio 4.- Proteger a las personas y el medio ambiente en el extranjero de la explotación delictiva por parte de los sujetos relacionados con la producción y tráfico de drogas. Se propone trabajar con socios del Hemisferio Occidental para combatir la destrucción criminal de los recursos naturales debido a la producción de drogas ilícitas.

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