Colombiano narra cómo vivió 7 días en migración del Aeropuerto de Cancún

por Redaccion
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  • Escuché turistas que dijeron: “Ya no volvemos, aunque nos regalen el viaje”

Gibrán Valdez Durán

Tras permanecer en la llamada “burbuja” del Instituto Nacional de Migración en el Aeropuerto de Cancún, Stevan Riaño cuenta cómo fue permanecer siete días en la misma sala, en condiciones deplorables.

Según cuenta, los agentes migratorios no se comunican entre ellos y “se pasan la bolita” entre el personal de los distintos turnos.

“Todo fue mala comunicación de ellos y hay muchas personas que no las dejan pasar, no porque tengan algo raro, sino porque no les caen bien y no las dejan pasar. Yo, a la primera persona le dije las fechas que me habían dado en el trabajo, las fechas en que mis cuñados iban a estar en Cancún, todos los tickets de pago, de hecho, hasta revisó mi galería (de fotos), y finalmente no me dejaron pasar”, comentó.

“Cuando me pasaron a la segunda revisión, yo les dije lo mismo y me dicen: entonces porqué le dijiste a mi compañera que ellos desde ayer están y yo le dije que qué pena, pero yo le di la misma información a ella que a ti, y revisó de nuevo la galería”, señaló.

El colombiano añade que las condiciones de los baños son terribles, pues no los limpian, están descompuestos e incluso hay ratas y cucarachas.

“Las condiciones son muy precarias, el cuarto no tiene ventanas, solo está la ventilación, que es el aire acondicionado, a veces lo dejan bastante frío y son unas colchonetas súper delgaditas que realmente duermes como en el piso, los baños sí terribles, parece baño de cárcel, los lavamanos destruidos, caídos, sucios, el día que yo llegué estaban con mucha basura, había cucarachas, una persona dice que vio una rata, los de las mujeres también sin luz, destruidos, ya cuando todo se hizo un poco viral, el abogado fue y tomó las fotos y ya como que arreglaron los lavamanos”, cuenta en entrevista telefónica.

Stevan añadió que en el tiempo que estuvo logró contar a más de 70 personas detenidas, a algunos los mantenían ahí durante dos o tres días en la sala, sin importar que fueran bebés o adultos.

“Según lo que ellos dicen, es que la comida que te dan depende de la aerolínea con la que viajas, la comida es mala realmente, un pan súper duro, como si llevara días, el primer día yo no comí nada porque olía como a dañado, lo regalé todo a los que no les habían dado nada de comer (…) era un pan dos paquetes de papas, un jugo y un agua”, acotó.

“Si duraban 3 días, los 3 días les daban lo mismo, había personas con bebés y con niños, a los que no podían darles eso, ellos decían que tenían plata que podrían comprar otro tipo de comida, ya sea mandando a alguien o que ellos nos hicieran el favor de comprarla, o algún familiar, pero dijeron que no se podía, que no estaban autorizados y supuestamente ellos se quejaban con la aerolínea por el tema de la comida para niños y los bebés, pero nunca hubo un cambio (…) todos se van super amargados y tristes”, diciendo: “no vuelvo acá ni porque me regalen el viaje, no vuelo de ninguna manera”, refirió desde Bogotá, Colombia.

Concluyó que tras saber la noticia en su trabajo, le autorizaron más días de descanso para que se recuperara del suceso que vivió en México.

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