‘Rómpanle la madre al chetumaleño’ ¿Será esta la consigna en Tránsito?

por Redaccion
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Javier Chávez

Una oleada de testimonios de chetumaleños me ha llegado, pública y en corto, en relación con el riguroso desempeño de los agentes de Tránsito que se plantan en zonas estratégicas de nuestra capital para revisar documentación de los conductores, observando con lupa su trayecto para que no excedan los límites de velocidad permitida. Guau y recontra guau, porque con un ligero esfuerzo de la imaginación los veo como celosos guardianes que nos vigilan para que andemos bien derechitos.

Y me dirijo frontalmente a ti, Lucio Hernández Gutiérrez, porque como Secretario de Seguridad Pública tienes bajo tu mando el área de Tránsito en nuestra desmadrada capital: te lo paso al costo porque el chetumaleño los ve como una parvada de abusivos que parten con la consigna de exprimir los bolsillos del capitalino para nutrir las arcas que no tienen llenadera. Hablamos quizá de 200 mil pesos que puede dejarles en promedio uno de estos retenes tan temibles, y puedo quedarme corto porque tienen su concubinato con los dueños de grúas que se llevan otra tajadota.

Recientemente comprobé en carne propia el rigor de los agentes de Tránsito que con pistolita en mano te dicen que vas a 70 kilómetros por hora, y ni el Santo Papa Francisco puede ganarles una discusión porque es tu palabra contra la de ellos. Montados en su macho, es más fácil convencer a un camellón.

Inclinado a la bondad tibetana que me distingue, pienso que ustedes zarpan cada mañana con los nobles ideales de beneficiar a su comunidad y con todo el dolor en su corazón recetan las multas para que uno aprenda la lección. No los mueve la recaudación monetaria –cómo va a ser–, sino la necesidad de enderezarnos para que la manada se porte bien. Los veo como enfermeros pidiendo que nos bajemos los pantalones para aplicarnos la inyección y nos dicen ‘flojito y cooperando’. Y nos la dejan ir y cómo duele, pero el líquido combate la infección.

Pero tengo testimonios grabados de amigos muy encabronados que con lujo de detalle describen su accionar como una chinga teledirigida para exprimirnos unos miles de pesos que no se dan en maceta, aunque los altos mandos de Seguridad Pública y Tránsito crean que el chetumaleño aguanta eso y más.

Chetumal es una capital muy castigada por sus políticos, quienes la ilusionan con las redes seductoras del pretendiente de la capital –hablo de la Ciudad de México– que atrapan a la chica pueblerina, jurando que van a darle vida de reina. Hay uno que nos prometió que la Secretaría de Turismo sería instalada aquí, disfrutando la nueva etapa de la Zona Libre.

Y la chica les ofrenda sus encantos, pero cuando obtienen lo que desean –el voto por montones– se burlan de ella y dejan de responderle sus mensajes. Vaya que no aprendemos y nos pasamos de pen…itentes.

Hay anemia monetaria en Chetumal porque la ‘reingeniería’ sanguinaria del gobernador priista Beto Borge fue un chingadazo para cientos y cientos de familias, pero los despidos no han cesado en los tres órdenes de gobierno.

Un automovilista chetumaleño trae a menudo el dinero justo para sus gastos ineludibles, como la gasolina. Me dicen que la multa por exceso de velocidad es bastante elevadita, rondando el salario mínimo mensual. Son quizá 2 mil 700 pesos, una insignificancia para ti, Lucio, pero tu equipo tiene que darse un baño de pueblo para entender su situación cotidiana repleta de tensiones.

A estas alturas del partido el costo político ya les vale a los mandones de Tránsito porque Morena ganó la gubernatura, pero la insaciable voracidad de los altos mandos tiene que ser contenida porque tú, Lucio, ansías permanecer en el equipo de la gobernadora electa Mara Lezama, pero quienes manejan el área saben que sus días están contados y pronto retornarán a sus entidades de origen, como el estado de Morelos.

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