Suspensión de trabajos en Tren Maya por amparo ambientalista obliga a traer balasto desde Progreso, Yucatán

por Redaccion
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La oposición del sector ambientalista surge por los riesgos que estos trabajos implican para la barrera arrecifal que se encuentra frente al muelle de Puerto Morelos.

El balasto es el material que se obtiene de la trituración de piedra porfirita traída desde Cuba, y que será empleado en la nivelación de las vías del Tren Maya en los tramos 5, 6 y 7.

Luego de varios días de confusión, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lazama Espinosa, dio a conocer que el balasto para el Tren Maya se está trayendo desde Progreso, Yucatán, derivado de la suspensión provisional de estos trabajos por el amparo que interpusieron organizaciones ambientalistas para impedir que el material sea desembarcado en Puerto Morelos.

Apenas la semana pasada, la mandataria aseguró que el desembarco de balasto en Puerto Morelos no se detenía pues no habían sido notificados de la suspensión que ganaron ambientalistas opositores al Tren Maya, sin embargo, finalmente los trabajos tuvieron que suspenderse ante al mandato judicial.

“En la reunión que sostuvimos (el pasado fin de semana con el presidente Andrés Manuel López Obrador) se tocó este tema, se acordó que se estará trayendo desde Puerto Progreso”, expuso la mandataria.

La audiencia constitucional de este amparo se debió llevar a cabo el pasado viernes 21 de abril, sin embargo, el Poder Judicial informó que ésta quedó diferida para el próximo 18 de mayo, debido a que las autoridades responsables, es decir, el gobierno federal a través de la Secretaría de la Defensa Nacional y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) no han presentado los informes que le fueron solicitados sobre el caso.

El cambio de fecha de la audiencia implica que hasta en tanto no se desahogue esa diligencia, el desembarco de balasto en Puerto Morelos deberá permanecer detenido 25 días más. La oposición del sector ambientalista surge por los riesgos que estos trabajos implican para la barrera arrecifal que se encuentra frente al muelle de Puerto Morelos, donde se documentó por buzos profesionales que el anclaje del barco de bandera cubana Melody causó ya daños a los arrecifes de coral que se encuentran en la zona de desembarco del material pétreo.

El balasto es el material que se obtiene de la trituración de piedra porfirita traída desde Cuba, y que será empleada en la nivelación de las vías del Tren Maya en los tramos 5, 6 y 7, es decir, en todo el recorrido a lo largo de Quintana Roo.

Según lo dicho por autoridades del estado, se espera que se importen desde Cuba más de 100,000 toneladas de este material en los próximos meses, aunque ello dependerá del sentido en el que se dé fallo de los juzgados el próximo 18 de mayo, es decir, manteniendo la suspensión de los trabajos o levantando la medida para que éstos puedan continuar.

Antecedente

El 19 de marzo de este año, en una carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, la fundación Jean Michael Cousteau’s Ocean Futures Society alertó sobre el potencial daño a la segunda barrera arrecifal más grande del mundo frente a las costas de Quintana Roo por el desembarco de balasto para el Tren Maya en las playas de Puerto Morelos.

“El peligro para el medio ambiente continúa, ya que su administración importará 200,000 toneladas de basalto al mes desde Cuba, que llegarán a Puerto Morelos. Se nos ha notificado que el primer carguero, el Melody, ha llegado a Puerto Morelos”, se lee en el texto firmado por el hijo del famoso explorador submarino Jacques Cousteau.

La misiva alerta que Puerto Morelos no tiene calado suficiente para el desembarco de grandes volúmenes de carga, por lo que el traslado de la piedra a tierra firme se realizará con barcazas. “Lamentablemente, con un volumen de carga tan grande durante 10 meses, las posibilidades de accidentes son numerosas, por lo que el peligro para los hermosos arrecifes de coral de Puerto Morelos es enorme”, se lee en la carta.

Alertan además sobre la falta de una vialidad que soporte el tráfico de carga para movilizar el balasto, lo cual implicará “la muy posible destrucción de los manglares y su hábitat para dar paso al transporte de carga”, añade la misiva.

“Esperamos que prevalezca la razón y que usted no actúe sin la debida diligencia y dé las instrucciones oportunas a su secretario de Medio Ambiente”, concluye la carta.      El Economista/Jesús Vázquez

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