- A 5 meses del embate del peor huracán en la historia moderna del puerto guerrerense, miles de habitantes y turistas siguen enfrentando una severa crisis por pésima infraestructura, mal servicio a turistas, comida de mala calidad, muy cara y que incluso ha enfermado a los turistas que visitan sus playas
A cinco meses del paso del huracán Otis por Acapulco miles de habitantes y miles de turistas siguen enfrentado el desdén de las autoridades municipales y estatales, quienes exhiben su “miopía” y falta de compromiso para atender y dar solución a la aguda crisis que vive el puerto desde que el meteoro dejo devastada una vasta región del otrora paradisiaco puerto del Pacífico Mexicano.
Un análisis por sectores realizado por Integralia señala los bemoles y las graves deficiencias que tiene Acapulco antes y después del peor huracán que lo ha azotado. Se advirtió que este fue incluso peor al de Paulina de 1995.
El Acapulco Post-Otis es considerado como un sitio donde miles de personas buscan unas horas de descanso, sol y diversión, pero hoy en día solo pueden recibir sitios sucios, con mala calidad de servicio a los turistas, comidas caras de mal sabor y que, en algunos de los casos, han llegado a causar enfermedades a los turistas.
Sumido en la peor crisis de su historia moderna, Acapulco enfrenta una doble tragedia, por un lado, la falta de servicios como agua potable que de paso baste señalar es desperdiciada por sus moradores en marcadas fugas como las que se registran en la playa de Caleta, la cual lleva más de 3 años en el más grave de los abandonos.
El otro cáncer que enfrenta este destino turístico es la creciente inseguridad que golpea con furia sus calles, barrios y colonias convirtiéndolo en un lugar donde el pago de piso y extorsiones entre comerciantes y hoteleros es el común denominador.
En al menos tres calles que comunican a la playa de Caleta y Caletilla se han detectado varias fugas de agua potable que salen de las banquetas y alcantarillas, y que inundan las banquetas y aceras ante la complacencia de la alcaldesa de Morena, Abelina López Rodríguez.
Hasta el momento a Acapulco han llegado 2 mil 444 millones de pesos para la reconstrucción de planteles escolares y 25 mil 689 millones de pesos para la reconstrucción.
TRAS EL PASO DE OTIS, YA NADA ES IGUAL
El pasado 25 de octubre marcó en la historia de Acapulco como el día en que el huracán Otis tocó tierra, desatando su fuerza devastadora sobre la icónica ciudad turística.
Con vientos implacables de hasta 300 kilómetros por hora y lluvias torrenciales, Otis arrasó con infraestructuras, inundó calles y desplazó a miles sumiendo a la comunidad en una lucha inmediata por seguridad y supervivencia.
El impacto de Otis trascendió más allá de los daños materiales, afectando el tejido social y político de la región.
IMPACTO ECONÓMICO
El impacto económico ha sido evaluado en más de 10 mil millones de dólares según modeladores internacionales, y de acuerdo con la AMIS, solo el 12% de los daños estaba asegurado.
Tras el paso de Otis se presentaron interrupciones en las cadenas de suministro de ciertos productos, como los materiales de construcción y los medicamentos.
Los servicios financieros, incluido el retiro de efectivo, han enfrentado dificultades logísticas, lo que desincentiva la reactivación turística.
De acuerdo con la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado hasta la primera quincena de marzo se había restablecido el 68% de la oferta hotelera.
Sin embargo, según la Concanaco-Servytur, solo entre el 10% y 15% de negocios en Acapulco logró reabrir durante los primeros meses de 2024, mientras otros tendrán que cerrar definitivamente.
Respecto a las implicaciones sociales, la devastación causada por el huracán Otis en Acapulco ha exacerbado las condiciones de rezago social, evidenciando las disparidades preexistentes.
El Independiente/ Luis Carlos Silva Foto: EFE
Fuente: Integralia y Medios de Acapulco y Guerrero.
